Mi primer dia en Chile

Primero unos cuantos datos.  Chile tiene 18 millones de habitantes en una extensión que es el doble de España.  Para hacerse una idea es como si en España hubieran 9 millones de habitantes en lugar de 43. Santiago de Chile, la capital, tiene 5 millones de habitantes y la región metropolitana, la conurbación de Santiago de Chile, es de 7,5 millones. 

El aeropuerto me pareció pequeño, para lo que Santiago representa en habitantes.  Pero no me pareció ni mas cutre ni peor organizado que el JFK de NewYork, que el año pasado conocimos.  Los controles de la aduana son principalmente a cargo de una especie de cuerpo Agricola-Ganadero policial, está super prohibido introducir cualquier cosa vegetal o animal. Tienen perros entrenados que detectan en los equipajes cualquier atisbo de producto prohibido.  En el avión nos hicieron firmar una declaración jurada de que no llevábamos nada de este tipo… lamentablemente yo llevaba un tuper con salvado de avena… así que nada más salir mi bolsa de la cinta, y antes de pasar los controles, me deshice discretamente del dichoso tuper tirándolo a una papelera de la zona de recogida de los equipajes.  Ni que decir tiene que me acordé de las peripecias de Marta cuando estuvo en Australia… Finalmente pasé la aduana y busqué la zona de recogida de los Rental Car, que es como la décima parte de la del aeropuerto de Barcelona o el de Munich, por citar dos que conozco bien. Tenia un Suzuki Nomade, un GranVitara, reservado a un coste muy competitivo comparado con precios europeos, 40€ día.  Curiosamente cuando solicité un navegador para el coche, el mismo empleado me aconsejó que usara el Google Maps, me ayudó a descargar los mapas de Chile con la propia wifi del Chilean Rental y me instruyó en como usarlos sin necesidad de tener cobertura de telefonía movil, solo usando el Iphone en modo avión y con la cobertura GPS.  Desde que llegué tengo el teléfono en modo avión, así que solo puedo hablar por teléfono cuando tengo wifi, por Whatsap.  

Puse la dirección del apartamento en el Google Maps y salí a la aventura.  Los accesos desde el aeropuerto a la capital, por autopista, son muy dignos, mejores que los de NY, sin llegar a la maravilla que te parecen, cuando los comparas, los de Barcelona o de Madrid. 

El apartamento, al que llegué en cuestión de 20 minutos, está en el barrio Brasil, a 9 manzanas andando del centro. Lo que en términos de una ciudad tan grande quiere decir que es bastante céntrico. Un apartamento digno, en un barrio de clase media, contratado por Airbnb, con un coste de 20€ día.  No tengo parking, pero en la misma calle de momento siempre encuentro sitio a menos de 50 mts de la entrada del bloque.  Por cierto de 12 pisos. Yo estoy en el piso 11 con vistas a la cordillera nevada.  Como el seguro solo cubre daños por accidente, y en caso de robo tendría que pagar una franquicia de 1200€, decidí de acuerdo con Cristian, (el conserje del bloque de apartamentos, un chileno super simpático) comprar un CarLock,  o sea una barra que bloquea el volante y es bien visible desde fuera.  Me explicó Cristian, que no es muy frecuente, pero que robos los hay, pero que si se les ponía difícil optaban por probar con otro más fácil.  Así que la tarde de mi llegada, después de instalarme, me pateé Santiago a la busca de una ferretería y finalmente la encontré, después de 3 horas de dar vueltas.   La barrita dels c… me salió más cara en tiempo de búsqueda que en valor económico:  18.000 PCL, pesos chilenos, al cambio 24€.  El peso chileno esta a 740 PCL por euro.  Realmente tenemos una moneda fuerte y para nosotros el cambio es muy favorable, la vida aquí es mucho más barata.  En la misma ferretería me compré una báscula de baño, (no quiero perder mi control de peso, ahora que he conseguido bajar a menos de 70 kg y sacarme de encima la panza que venia arrastrando desde las Navidades pasadas) precio?, alucina vecina, tan solo 13€.   Me costó mucho encontrar un supermercado al modo de un Mercadona, Caprabo o similar, aquí hay multitud de pequeños comercios, minimarkets, pero grandes superficies como buscaba no había manera de encontrar, al final encontré una supermercado que curiosamente es una cadena que se llama Montserrat, será un catalán el propietario?  Compré los víveres esenciales y también un pollo al ast a cuartos.  Que por cierto estaba buenísimo de verdad, me parece que aquí los pollos son más grandes, mas tiernos y con sabor a pollo verdadero. No sé como se lo montan, pero realmente son mejores. Al menos este del señor Montserrat.  Para celebrar mi primera cena en Santiago, (no había comido al mediodía) también compré una botella de vino chileno, un pinot noir reserva especial, que me llamó la atención por que se llamaba Cono Sur, al precio increíble de 5.000 PCL o sea 6,75€.  Mi cena fue una ensalada toscana de bolsa y pollo, el vino excepcionalmente bueno. Gracias a una buena wifi en el apartamento,  me vi el telenoticies vespre de TV3 en el Ipad mientras cenaba.  Esa fue mi verbena de Sant Joan. 

Santiago, después de 3 horas pateando el centro, es una macro ciudad, bastante sucia, mal iluminadas las calles que no son principales, los edificios son en general bastante sencillos tirando a cutres, muchísimo grafiti, pero bueno, no sé si hay grafiteros chilenos reconocidos, pero por lo que he visto, ya me gustaría tenerlos así en Barcelona. Hay zonas de shopping, pocas calles peatonales si comparamos con nuestros centros urbanos, pero el tema de tiendas y marcas aunque vi muchas, me pareció que eran pocas si tomamos como baremo nuestras ciudades. Curiosamente hay muchísimas farmacias, pequeñas, y los pocos edificios emblemáticos o históricos que esa tarde pude ver, son bastante mazacotes. La catedral no vale nada, es entre barroca y neocolonial. La plaza de Armas es el núcleo central y no está mal, es una especie de plaza Catalunya, quizás algo mas pequeña. Allí están el Palacio de Correos, el Museo Histórico Nacional, el Palacio de la Real Audiencia y el Ayuntamiento.  Ninguno de ellos me provocó admiración, ni arquitectónica ni de magnificencia.  El exCongreso Nacional esta un poco más allá de la plaza de Armas y me gustó su estilo neoclásico y los jardines que lo rodean.  Me queda por ver la plaza de la Constitución con el Palacio de la Moneda, que según las guías es lo mejor de la capital chilena.   Pero que sepáis que no he venido a hacer turismo… que también, pero principalmente he venido a esquiar, y de eso hablaremos en unos días.



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